Alice Munro: El amor de una mujer generosa

Al leer el cuento, "El amor de una mujer generosa", que da título a este conjunto de relatos de Alice Munro, lo que más me sorprendió fue el ritmo narrativo de lo que parecía destinado a ser una novela y que se cierra con una estampida final. De repente se ilumina la atmósfera por la que transitas en el relato y la visión de los hechos cambia, como en los mejores cuentos en los que se nos revela una verdad que palpita en las profundidades. Se puede tratar de un secreto que atormenta al personaje, de un sentimiento que lo acosa, que no da tregua, y en apariencia duerme en su interior sin que le impida seguir viviendo. Pero no es así, aquel dolor, aquel malestar llama a la puerta, golpea, patalea, como un niño encerrado en el sótano de la casa, y exige expresarse, decir su verdad. Esto ocurre en los ocho cuentos de este volumen, protagonizados en su mayoría por mujeres a las que sentimos cercanas, en tanto compartimos con ellas referentes culturales, preocupaciones globales. Situados en la, para nosotros, lejana Vacouver, o en poblaciones de esa zona de Canadá, el ambiente cerrado de la provincia, donde transcurren las vidas de la mayoría de los personajes, oprime los corazones. Es como si la supervivencia de la sociedad dependiera de un pacto de silencio respecto a un hecho violento o doloroso, que va dejando cabos sueltos: el asesinato que no se aclara y que al dilucidarse se entierra; la traición de los amigos que adopta la forma de una sospecha constante; la empecinada, inoportuna y peligrosa intervención de una vecina en nuestra vida cotidiana que en principio se presenta como una ayuda, para al final convertirse en amenaza; la aparición de una extraña que nos asalta en la carretera, haciendo auto-stop, y que hace tambalear nuestro sistema defensivo; el resentimiento acumulado que desata un incendio, sin el cual no hubiera sido posible tomar conciencia de nuestros errores, de la ceguera que nos impide diferenciar lo sustancial de lo accesorio. Escritos con sangre y fuego, estos cuentos hieren con sus dolorosas certezas, pero redimen en cuanto nos abren un vasto horizonte en el que es posible vislumbrar la humanidad en toda su complejidad, trazar nítidos perfiles de hombres y mujeres que enfrentados a su destino se han limitado a hacer lo que han podido y que de repente, se ven empujados a dar mucho más sí de lo que podrían sospechar.

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